El otro día
estando en clase de Matemáticas nos surgió una duda: ¿de dónde proceden los
denominados ejes cartesianos?
Pues resulta que
el nombre procede del célebre filósofo y matemático francés René Descartes,
uno de los nombres más destacados de la revolución científica, también conocido
como Cartesius.
Este nació en La
Haya en la Turena francesa el 31 de marzo de 1596 y murió en Estocolmo el 11 de
febrero de 1650.
Después de
investigar un rato por Internet, también pudimos saber cómo a René Descartes
se le ocurrió idear los ejes cartesianos.
Sucedió el 10 de
noviembre de 1619, cuando éste se encontraba descansando en un cuartel militar
a orillas del Danubio. Pasó el día en la cama realizando una de sus
actividades favoritas: pensar sobre la naturaleza del mundo que le rodeaba.
Mientras observaba distraídamente el vuelo de una mosca por la habitación, se
dio cuenta de que la posición de la mosca en cualquier momento se podía
representar con tres números, que indicarían las distancias a cada una de las
paredes y al suelo de la habitación.
Resulta curioso
pensar que así fue como comenzó lo que llegó a ser una de las grandes ideas
matemáticas de todos los tiempos.
Pero... ¿para
qué sirven los ejes cartesianos?Para representar los puntos en el plano, necesitamos dos rectas perpendiculares, que son llamados ejes cartesianos o ejes de coordenadas:
Imagen: http://www.vitutor.com/fun/1/a_1.html |
El eje
horizontal se llama eje X o eje de abscisas.
El eje vertical se llama eje Y o eje de ordenadas.
El punto O, donde se cortan los dos ejes, es el origen de coordenadas.
Las coordenadas de un punto cualquiera P se representan por (x, y).
La primera coordenada se mide sobre el eje de abscisas, y se la denomina coordenada
x del punto o abscisa del punto.
La segunda coordenada se mide sobre el eje de ordenadas, y se le llama coordenada
y del punto u ordenada del punto.
En 1 649 la
reina Cristina de Suecia invitó a Descartes para que le enseñara filosofía y lo
convenció para que se mudara a Estocolmo. Él que siempre había padecido mala
salud, y le gustaba pasar el día en la cama dedicado a sus pensamientos
filosóficos, se encontró con que la reina le pidió que las lecciones fueran a
las 5 de la mañana. Inicialmente Descartes quiso negarse, argumentando que a
esas horas de la madrugada las ideas se congelan. Al tratarse de una voluntad real
accedió y no le quedó más remedio que amoldarse a esa horario. Durante ese duro
invierno sueco y con ese horario de trabajo Descartes contrajo una pulmonía a
consecuencia de la cual murió en 1 650.